Publicar un libro no es poca cosa, más aún si se trata de la transcripción de la obra de un ser amado; alguien que no está en este plano desde hace tiempo, pero que me acompañará por siempre. Muchas veces me pregunté el porqué de su partida, pero aprendí que la mayoría de las cosas que nos suceden no tienen un porqué, solo suceden.
Publicar un libro no es poca cosa, más aún si se trata de la transcripción de la obra de un ser amado; alguien que no está en este plano desde hace tiempo, pero que me acompañará por siempre. Muchas veces me pregunté el porqué de su partida, pero aprendí que la mayoría de las cosas que nos suceden no tienen un porqué, solo suceden.